Se comienza con una entrevista al paciente para identificar posibles complicaciones y medir el pie, lo que ayudará a determinar la talla adecuada. A continuación, se realiza una evaluación del dolor, las zonas de apoyo y las durezas del pie. Posteriormente, se lleva a cabo una evaluación musculoesquelética para investigar el origen del dolor. Todo esto permite obtener una evaluación completa del cuerpo y entender cómo afecta al pie.

Luego de una evaluación general, se realiza una evaluación FPI-6 para clasificar el pie en pronado o supinado. A continuación, se lleva a cabo el análisis podoscam, una tecnología que evalúa la pisada del paciente. Luego, se realiza una baropodometría estática para examinar la pisada y las cargas de peso del cuerpo en los pies. Finalmente, se evalúa la marcha para proceder al diseño de la plantilla ortopédica según la postura al caminar.

Para finalizar la visita al centro de plantillas ortopédicas, se entregarán los resultados obtenidos del paciente junto con una explicación completa de cada hallazgo relacionado con su pie. Se personalizará la atención y la plantilla ortopédica de acuerdo con las necesidades específicas del paciente. Se estimará la fecha de entrega del producto y se agendará una reevaluación para revisar el avance en seis meses.